domingo, 17 de abril de 2011

Aylito Binayo y su problema con el agua potable


Es algo que leí hace poco sobre el problema del agua potable: no todas las personas de este planeta tienen una canilla con agua potable en sus casas. 46 de cada 100 personas no tienen. Una de esas personas es una mujer llamada Aylito Binayo, que vive en una aldea de un país de África que es Etiopía.
La aldea está sobre una montaña. Aylito debe bajar la montaña hasta el río que está debajo y volver a subir a su casa. 3 veces al día. Esto le lleva casi 8 horas del día.
¿Has cargado un bidón de agua mineral de 5 litros? Ahora imagina cargar un bidón en cada mano, o sea 10 litros. ¿Sabías que un litro de agua pesa 1 Kg? Entonces, llevando 1 bidón en cada mano, son 10 Kg que cargas. Aylito carga 23 litros de agua (que pesan 23 Kg). 3 veces al día sube la montaña con 23 Kg. Todos los días. Hace 25 años que hace esto.Desde los 8 años que dejó de ir a la escuela para ayudar a su madre a recoger agua.
Pero no es agua mineral. Una escritora de la revista National Geographic –Tina se llama- cuenta así la ida a buscar agua:
"Una calurosa tarde la acompaño al río llevando un bidón vacío. El camino es empinado y resbaloso en algunos puntos, y debemos bajar entre grandes rocas rodeadas de cactos y espinos. Después de casi una hora llegamos al cauce del río que, en esta época del año es apenas una colección de estanques negros y fangosos; las márgenes y rocas están cubiertas de excremento de burros y vacas. Hay unas 40 personas esperando allí, así que Aylito decide caminar 10 minutos río arriba para ver si no tiene que esperar tanto.
En ese otro lugar debe esperar media hora para su turno. Pone el bidón en el suelo, saca un cucharón de plástico y llena 2 bidones, uno que cargará ella y otro que cargaré yo [Tina] para ayudarla.
Empiezo a subir la montaña con la carga de 23 Kg. La cuerda me lastima el hombro y el bidón me golpea la espalda al caminar. Cuando la pendiente se vuelve más empinada no puedo seguir y, avergonzada, cambio el bidón a una niña de 8 años lleva un recipiente mucho más pequeño que el mío. Como a 10 minutos de llegar, la niña ya no puede seguir más con los 23 Kg que debía cargar yo. Aylito le quita el bidón y lo pone encima del que lleva a cuestas. Nos dirige a ambas una mirada furiosa y continúa su ascenso por la montaña, cargando casi 45 Kg de agua [el equivalente a casi 9 bidones de 5 litros]."
Pero esta dura historia tiene un buen final. Una organización inglesa llamada Water Aid, que ayuda a comunidades que tienen dificultades para obtener agua limpia, organizó a la gente de la aldea donde vive Aylito, para que se hiciera cargo de una obra para bombear agua de un pozo hasta la aldea, y saliera por 2 tomas de agua y una ducha… para toda la aldea. Ahora Aylito Binayo tiene agua limpia a 3 minutos caminando de su casa.
¿Qué piensa hacer con esas casi 8 horas diarias que ya no gasta en acarrear agua? Ayudar a su marido a cultivar en el campo, recoger pastura para las cabras, preparar la comida, limpiar la casa, cuidar de sus hijos. O sea, hacer todo lo que venía haciendo pero con más tiempo. Y así estar más preparada para enfrentar el hambre y las enfermedades.
Disponer de agua potable significa ingerir menos microbios, enfermarse menos y no perder tanto tiempo en cuidar a quienes se enferman por beber agua sucia.
Disponer de agua potable significa también que las niñas no dejen de ir a la escuela y puedan optar por una vida mejor. 

Fuente del texto: Lo adapté a partir de un artículo titulado "La pesada carga de la sed" escrito por Tina Rosenberg, publicado por la revista "National Geographic en español", en el número de abril de 2010.
Fuente de las fotografías y links: Lynn Johnson para National Geographic, publicadas en nationalgeographic.com.es, en ngenespanol.com y en wateraidamerica.org.

domingo, 10 de abril de 2011

Los blancos vistos por un negro

Yo tendía a dudar de que la gente que había visto Oses fuera blanca de verdad hasta que ví al primero de esa raza.
(...)
Me despertaron unas voces nerviosas, procedentes de la puerta del refugio.
-¿No lo has visto?
-No. ¿Dices que es blanco? ¿Que tiene el pelo blanco?
-No, su piel. Todo él. Es blanco como la tiza.
(...)
Miré hacia donde miraban ellos y vi lo que parecía ser un hombre cuya piel le hubieran dado la vuelta. Era la ausencia de hombre. Lo habían borrado. Un escalofrío involuntario me recorrió el cuerpo, la misma reacción que tenía al ver una quemadura, un miembro amputado: perversiones o mutilaciones de la naturaleza.
(...)
Cuando el interés por el hombre blanco se hubo apaciguado me acerqué lo bastante como para observarlo de cerca. Tenía una piel notable. Había días en que estaba realmente blanca como la tiza,  y otros sonrosada, como la de un cerdo o la barriga de una cabra. Sus brazos y piernas aparecían cubiertos de mechones de pelo negro, que también recordaban al cerdo, pero era más largo.
(...)
Me descubrí sintiendo lástima por el blanco, por el sudor y por los múltiples detalles que tenía en común con el cerdo.
Fuente: Dave Eggers. "¿Qué es el Qué?": la autobiografía de Valentino Achak Deng. Editorial Ramdomhouse Mondadori. 2008
Link: Puedes ver la promoción de este libro donde te enteras de qué se trata en: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f2/Que_es_que.ogg
El protagonista de este libro, o sea, el autobiografiado, se llama Valentino Achak Deng y la Fundación que creó de regreso a su Sudán natal (del que huyó a mediados de la década de 1980 por la guerra civil) está en: http://www.valentinoachakdeng.org/