Toda mi vida de docente me la pasé buscando. Buscando alternativas. 15 años recogiendo piezas para armar finalmente el puzzle de algo nuevo.
Antes de que alguien me envidie, voy a aclarar de que ese "finalmente" aún no ha llegado. Todos los que me conocen -bien o mal- saben eso.
Estos 15 años, como sucede con todo en este mundo, pasó por momentos de euforia y momentos de bajón.
Hace pocos días atrás, recibí la visita de mi amigo Pablo, de vasta experiencia en pedagogía, quien, con tremenda puntería me dijo algo que me sonó así: "¿alternativa a qué??? Estás buscando... pero ¿has probado suficientemente eso a lo que quieres buscar alternativa?"
El mareo se me prolongó unos días (casi todo un fin de semana). Como el juego de la gallina ciega, que de tanto dar vueltas uno queda como desorientado, vio? Como el humo que vino de Argentina (fotos). No tuve más remedio que rehacerme para ir a las clases convencido (¡no hay otra!).
Ahora me gustaría decirle a Pablo (qué bueno tener amigos así) y a ustedes que creo que tiene sentido seguir buscando.
Pero vienen bien esos revolcones para hacer un alto y preguntarse:
¿Cómo tengo que hacer para que aprendan biología mis alumnos?
¿Quieren ayudarme? POR FAVOR!!!
Hagamos juntos una lista básica.